Tú Aesthetic es fascista, y lo lamento
Todo se volvió más sobrio... y ya venía vaticinando que pasaría.
Después de la pandemia del COVID entre 2020 y 2021, quedamos todos con una sensación de inseguridad respecto a nuestra salud (con justa razón). Eso provocó un boom del mundo fitness, la obsesión por lo que comíamos, y como estábamos encerradas en casa casi 24/7, también aumentó la actividad física desde el living, tanto así que en una encuesta realizada por Harrison Co en 2020 demostró que el 40% de las personas encuestadas realizó ejercicio por primera vez en su vida durante el confinamiento en sus casas. El confinamiento también cambio la forma en la que nos vestíamos, el uso diario de ropa cómoda y de deporte como los buzos, calzas, zapatillas, lo “comfy” se volvió lo normal, marcas de deportes como Athleta aumento sus ventas un 35% y Lululemon un 24%.
Y como si fuera poco, también cambió cómo nos veíamos (especialmente a las mujeres, porque claro… siempre nos toca a nosotras). Dejamos de maquillarnos a diario, porque ya no teníamos que salir a la oficina, a estudiar ni al super. Progresivamente abandonamos las cejas ultra marcadas, las sombras tipo cut crease, las pestañas gigantes, la venta de la industria cosmética disminuyó durante la pandemia de COVID-19 por primera vez en dos décadas, el sector registró una caída de su facturación en 2020 a nivel mundial y fue uno de los segmentos más afectados. Todo se volvió más sobrio... y ya venía vaticinando que pasaría.
También durante la pandemia aumento muchísimo el mercado de skincare, en particular, en 2023 y 2024 se registraron crecimientos significativos en la categoría de skin care en Latinoamérica, con aumentos de alrededor del 18,8% en consumo de estos productos, impulsados por productos como protectores solares que se volvieron parte del cuidado diario de toda la familia.
Y como olvidar que también se comenzó a impulsar mucho todo este tipo de contenido como de “coaching motivacional”, con el confinamiento todos nos volvimos demasiado introspectivos, mucha meditación, irse demasiado “en la profunda”.
Okay ahora metamos todo lo que te he dicho anteriormente en la licuadora y mezclémoslo, ¿Qué pasó?
En 2022 aparece en TikTok la tendencia “Clean Girl Aesthetic”. Una estética de belleza, moda y estilo de vida que gira en torno a la imagen de la chica pulcra, minimalista, que se levanta a las 6 AM a hacer pilates, tomar matcha, hacerse su rutina de skincare, comer saludable, usar ropa en tonos neutros como beige y negro, tener su espacio perfectamente ordenado, la piel de porcelana y… básicamente vivir una vida perfecta.
Aunque a primera vista parece una celebración de la simplicidad, el autocuidado y la naturalidad entonces ¿Qué habría de malo en esto? ¿no?...
El problema es que detrás de esta “celebración a la simplicidad y autocuidado” hay discursos clasistas, racistas y aspiracionales disfrazados de “glow up”.
Varios análisis recientes, y de echo un post que lei aquí mismo en Substack de fanfanfatal, han relacionado el auge del “clean girl look” con el contexto sociopolítico actual, especialmente con el resurgimiento de la ultraderecha en todo el mundo, en Argentina Milei, El Salvador Bukele, Ecuador Daniel Noboa, y como olvidar al máximo exponente, Trump. Y sí, no es casualidad que esta moda tan sobria y "limpia" aparezca justo cuando están en alza discursos conservadores que promueven roles tradicionales para las mujeres, como las “trade wives”, las “mujeres de alto valor” y muchísimos otros que se esconden como “trends” de redes sociales.
Esta estética promueve la discreción, la contención y la disciplina, la cara lavada, el pelo perfectamente peinado, los colores neutros y prácticamente nulo uso de colores vibrantes son vistos como la “combinación perfecta para no ser vistas, ocupar menos espacio, pasar desapercibidas, ser recatadas y controladas”.
Si buscas "Clean Girl Aesthetic" en Pinterest o TikTok, lo que aparece es un mar de tonos beige, cuerpos delgados, piel blanca sin una sola imperfección, cabellos lisos u ondulados siempre bien peinados, maquillaje tan sutil que parece que no hay nada y una simulación de “vida perfecta”, nada que salga de la norma de lo “socialmente bien visto” ni nada que llame la atención.
Y casualmente, el 90% de las creadoras de este tipo de contenido son mujeres blancas, delgadas, con piel de porcelana, todo lo cual refuerza los estándares de belleza típicamente blancos y eurocéntricos.
Es un mundo donde las imperfecciones no existen, donde no hay diversidad de tonos de piel, de cuerpos ni de rasgos. Todo esto presentado como un “glow up”, como si tomar matcha a las 6 AM solucionara mágicamente tu vida.
Y saben que es lo más triste de todo esto, que si existen muchachas que quieren crear este tipo de contenido como GRWM , y que no tienen estos rasgos físicos, no son de piel blanca, no tienen el pelo liso naturalmente, pero en los videos que pude ver que sucedía esto los comentarios eran el 90% de hate, demostrando el racismo internalizado de las personas.
Pero lo que a mi más me ha llamado la atención, y es mi tema de especialidad, obviamente el vestuario ha sido lo que más he analizado de esta tendencia, es como esta tendencia ha llevado a de cierta forma “uniformar” a todas las que la siguen, el uso completo de colores neutros y “sobrios”, demasiado blanco, beige y negro, el uso mínimo de accesorios que la mayoría del tiempo son dorados unas cadenitas delgaditas, zapatos o zapatillas planas y el makeup no makeup, y ese típico traje de dos piezas de pilates que verdaderamente parece un uniforme.
Hace muy poco lei “Morir un poco - Moda y sociedad en Chile 1960-1976” de la autora Pía Montalva, y un extracto me llamo muchísimo la atención y me llevo a re pensar este tema, que decía:
“Chile año 1974 chile se encontraba bajo la dictadura militar, Se define como misión principal de las chilenas la de ser madre y esposa, al adoptar el estilo de los años 30 el que se oferta en el 74 las mujeres viajan al pasado al territorio de sus madres para encontrarse con los valores tradicionales, se combate abiertamente el pantalón femenino, elimina las minifaldas, el look monocromático que impone a las mujeres a vestirse de un mismo color de pies a cabeza garantiza un resultado estético logrado lo cual es extremadamente relevante para el sector social en ascenso, esta estética se articula perfectamente a la homogeneidad del uniforme militar, colocando visualmente a la mujer en un segundo plano”
Lo cual ¿les parece conocido?
Históricamente, los regímenes fascistas han utilizado la moda como un arma de comunicación y reafirmación de valores, la belleza debía ser natural, sin artificios, y la mujer debía encarnar roles tradicionales relacionados con la maternidad y la familia. El maquillaje excesivo, la independencia o la exuberancia eran rechazados en favor de una imagen disciplinada y “correcta”, nada puede salir del status quo de la sociedad.
Y no es solo historia, estudios muestran que la Gen Z es más conservadora que generaciones anteriores. Movimientos como el de las “trade wives” lo confirman.
La moda, aunque la mayoría de la sociedad sigue viéndola solo como algo “superficial” es una herramienta política y en momentos de cambios sociales y económicos a nivel mundial, durante el avance de la ultraderecha, la tendencia es responder con minimalismo y control, buscando pertenecer a las clases dominantes y evitar la crítica.
En conclusión, podemos analizar que el "clean girl look" puede reforzar jerarquías de clase y raza, en donde la imagen de perfección y pulcritud suele asociarse a mujeres blancas y de clase alta, invisibilizando o desvalorizando otras identidades, estilos y razas, y que seguir este tipo de tendencias que uniforman solo te alejan de encontrar tu estilo personal y te llevan a perder tu identidad.
Ahora bien, no estoy diciendo que si te gusta este estilo eres fascista. ¡Obvio que no! Muchas seguimos tendencias sin darnos cuenta del contexto que tienen detrás. Yo misma puedo decir que caí en ciertas cosas de esta tendencia, el skincare y casi obsesionarse con tener la piel perfecta fue mi pecado, al menos puedo decir que logre salir de ahí, por lo tanto es importante cuestionarlas y pensar: ¿esto realmente me representa o solo estoy siguiendo algo que me dijeron que es “lo correcto”?
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Lindo artículo. Gracias
Muy interesante lo que escribiste amiga 💗
Y es importante leerlo porque a veces caemos en estas tendencias sin pensar en el trasfondo.
Estamos en una época donde hay que cuestionar tooodo.